
Ana-Maria Vera
Acerca de la Fundadora
La pianista Ana-Maria Vera creció en Washington D.C., pero su afinidad por Bolivia, la tierra nativa de su padre, fue evidente desde una temprana edad. Ana-Maria ya estaba dando giras con orquestas internacionales cuando descubrió la patria de su padre de niña. Su abuelo había sido compositor folklórico, escritor, y líder aymara, y su abuela era una mujer de pollera quien vivía en el corazón del bullicioso mercado de las brujas en La Paz. Desde este punto, la rica cultura indígena y las evidentes injusticias sociales dejaron una impresión sin igual.
Ana María Vera, elogiada recientemente en el London Times como una pianista “feroz e intrépida, apasionadamente expresiva y sensible”, inició sus estudios musicales a la edad de tres años. A los nueve años hizo giras por norte-america con el legendario director Arthur Fiedler, y a los doce años fue invitada por el Presidente Carter a dar un recital en la Casa Blanca. Poco después, la casa Philips le concedió un Disco de Oro por su grabación de conciertos de Haydn y Mozart con Edo de Waart y la Filarmónica de Rotterdam. El Estado Boliviano, por su admirable trayectoria y su ejemplo e inspiración para la juventud boliviana, la ha honrado emitiendo un sello postal con su imagen.
Estudió con Ylda Novik y luego, gracias a una beca otorgada por la OEA creada especialmente para ella, con el maestro Leon Fleisher. Ana-María Vera ha tocado como solista con las orquestas más prestigiosas del mundo, como la Philadelphia Orchestra, Cleveland Orchestra, London Philharmonic Orchestra, la Orquesta Sinfónica de Barcelona, Australian Chamber Orchestra, Baltimore Symphony y Tokyo Symphony, colaborando con directores que incluyen a Riccardo Muti, David Zinman, Eliahu Inbal, Eduardo Mata, Ken-Ichiro Kobayashi y James Conlon. Ha dado recitales en el Festival de Berlín, Concertgebouw de Amsterdam, Wigmore Hall de Londres, Kennedy Center de Washington D.C., y la Salle Gaveau de Paris, y ha colaborado regularmente con grandes artistas como Ivry Gitlis, Steven Isserlis y Joshua Bell.
La posición de Vera en Bolivia atrajo frecuentes visitas de padres quienes aparecían en la puerta de su casa de familia preguntando cómo podían sacar a sus hijos fuera de Bolivia para realizar sus aspiraciones. Armando Vera, su hermano violinista radicado en Bolivia durante más de veinte años, le expresó su preocupación por la falta de criterio en las instituciones locales.
Al tomar consciencia de que podría ayudar, Vera relocalizó su familia de Londres a La Paz en el 2011 para crear una institución sin fines de lucro dedicada a mejorar la oferta artística y educativa del país. Los desafíos que Vera y su equipo siguen enfrentado han sido numerosos, pero estos han sido más que compensados por el entusiasmo y el enorme progreso demostrado en las jóvenes generaciones. Ha conseguido importantes apoyos del sector publico y privado, recaudando la mayor cantidad de fondos en Bolivia.